Soul 71! 50 joyas de la black music con medio siglo a cuestas (parte 2 de 5)
Continuamos con la lista de cincuenta discos de soul que marcaron uno de los años más importantes de la historia de la música pop. Este 2021 se cumplen cincuenta años de muchos discos históricos y a buen seguro se publicarán un buen número de listas. Algunos de esos discos, sin duda, se encuentran en esta , que en su recorrido incluirá algunos grandes clásicos, pero me gusta pensar que es una lista diferente a casi todas las demás, puesto que se centra en todas las vertientes de una música, el soul, que en ese año estaba en pleno apogeo y diversificándose. Mezclada con el funk, los ritmos latinos o el jazz, su riqueza es realmente incomparable, me aventuro a decir que incluso por encima del rock. La música negra, al fin y al cabo, siempre va por delante. Y la calidad musical que podemos encontrar en esta segunda parte de nuestra selección, que incluye nombres tan importantes como Etta James, Nina Simone o Alen Toussaint, habla por sí sola.
40. Nina Simone - Here Comes The Sun: Sólo por la gloriosa recreación del éxito beatle que abre y titula el disco ya hace que éste se encarame junto a lo más alto de la discografía de Eunice Waymon -Nina Simone, por supuesto, in arte-, que si ya antes podía ser considerada una de las mejores recreadoras de temas ajenos del universo, aquí echa el resto. Y es que en su penúltimo disco para RCA (etapa en su discografía menos celebrada que la de Phillips, pero aaún así muy recuperable), es uno de los discos en que la de Carolina del Norte mejor muestra sus altísimas dotes como intérprete. Las revisiones que hace aquí de un buen puñado de clásicos, la mayoría de reciente factura en aquel entonces, son casi todas definitivas. Hablábamos de la de George Harrison, pero la colocación en primera persona del "Just like a woman" de Dylan, causa exactamente el mismo efecto de empoderamiento que algunos años antes había tenido la apropiación del "Respect" de Otis Redding por Aretha Franklin. La convierte en una preciosa manifestación de poder femenino. Y no es todo, otro de los clásicos de los que se apropió, "Mr. Bojangles" de Jerry Jeff Walker, permanece como uno de los picos de su cancionero por derecho propio. La Simone y la excelsa orquesta que la acompaña juegan con elegancia a mezclar elementos de soul, pop y jazz para redondear un sonido impresionante que hace resplandecer especialmente su sentida voz de barítono. Y es que Nina cantaba aquí como nunca, que ya es decir. Imprimía un sentimiento sobrenatural a todo lo que hacía, ya fuera algo tan liviano como el "O-o-h child" popularizada por The Five Stairsteps, como algo tan tremendo como el final entonando el "My way" de Paul Anka, una canción que parecía haber nacido para cantar. Todo un desiderátum, igual que el disco entero.
39. Joe Bataan - Mr. New York And The East Side Kids: Mr. Joe Bataan, el rey del latin soul, o del bugalú, como le quieran ustedes llamar, ni siquiera era puertoriqueño, era hijo de afroamericana y filipino. Pero eso sí, se crió en Harlem rodeado de gente procedente de Puerto Rico y seducido a fondo tanto por la música como por las "malas artes" que le enseñaron. Al salir de su primera estancia entre rejas empezó a centrarse más en la música combinando el doo wop tan popular en su barrio, con los ritmos latinos y el incipiente rhythm and blues que sonaba por la radio y que pronto comenzaría a denominarse como soul. La mítica discográfica neoyorquina Fania Records le ficha y con su versión del "Gipsy woman" de los Impresions logra un primer éxito en 1967 que continuará reivindicando a través de un buen montón de grabaciones superlativas. Este Mr. New York en el que Joe tan chulescamente se proclama poco menos que el amo, llega tras el que quizá sea su mejor disco, Singin' Some Soul (1970), pero no le va demasiado a la zaga. Continúa explorando las posibilidades de latinizar el soul con canciones en las que predomina el medio tiempo, como en la sensacional apertura con "My opera" o "When we get married", pero saca el sudor a pasear en vertiginosas piezas como "Make me smile" o ese rompepistas que es el instrumental "Chili beans", donde la banda saca todo su potencial, así como en "Puerto Rico me llama" tema cercano a la descarga que preludia la aparición de la salsa para adueñarse del cotarro. Algo a lo que, por otro lado, Bataan nunca terminaría de sucumbir. Al fin y al cabo era y es el indiscutible rey del latin soul.
38. Esther Phillips - From A Whisper To A Scream: Su etapa en la discográfica Kudu trajo para Esther Phillips quizá los mayores aciertos a nivel discográfico de toda su carrera. Y es que el sello de jazz puesto en funcionamiento por Creed Taylor puso con ella toda la carne en el asador, pese a que su azarosa vida y adicciones la hacían un activo algo dudoso. No obstante, la grabación del que significó su debut en Kudu se hizo, como era habitual, en el prestigiosísimo estudio de Rudy Van Gelder, bajo su atenta batuta, con la dirección musical de Pee Wee Ellis y la participación de un plantel de músicos que literalmente quita el hipo: Bernard Purdie a la batería, Airto Moreira a la percusión, Richard Tee a las teclas o Eric Gale a la guitarra, entre otros. Todo ello para defender un repertorio muy bien escogido que pretendía dar al soul y al funk un cierto tratamiento jazzísitico que casara con la peculiar voz brumosa de la Phillips. El comienzo con "Home is where the hatred is", la descarnada reflexión sobre la adicción a la heroína compuesta por Gil-Scott Heron que tanto tenía que ver con la vida de la diva, es toda una declaración de intenciones. Otras recreaciones de igual nivel como la del "Baby, I'm for real" que compusieran Marvin Gaye y su entonces esposa Anna Gordy para los Originals, o la titular, proveniente de la mano del gran Alen Toussaint, hacen de este un portentoso muestrario de la capacidad como intérprete de Esther Phillips, que reluce especialmente en estos números lentos e intensos, pero tampoco desentona con los números más funky, como "Till my back ain't got no bone" o "Sweet touch of love", que rematan un disco que fue todo un nuevo y refrescante comienzo para una de las mejores vocalistas que jamás el mundo ha conocido.
37. Lou Johnson - With You In Mind: Lou Johnson fue el encargado de servir de bastión para que el equipo Bacharach-David facturara sus primeros éxitos compositivos. Sin embargo, el hecho de haber puesto voz a las versiones originales de barbaridades como "Reach out for me", "There's allways something there to remind me" o "Message to Martha (Kentucky bluebird)" no sirvió de gran cosa a Lou, que se tiró todos los años sesenta dando tumbos de sello en sello grabando singles que se hundían en los charts. Sin embargo, a finales de la década parecía que la suerte llamaba con fuerza a su puerta. Firmó un contrato con Cotillion, la subsidiaria de Atlantic y grabó un elepé atómico producido nada menos que por Jerry Wexler, titutlado Sweet Southern Soul, que -lo habéis adivinado- se hundió en el olvido. Pero no se rindió: la oportunidad llegó de nuevo con la firma por Volt, sello subsidiario de Stax y la producción de todo un álbum nada menos que por el genio del sonido de New Orleans, Allen Toussaint. Tampoco sirvió de mucho y ese sería el final de su carrera. Algo realmente lamentable porque este disco es una joya absoluta. Cualquier trabajo que contenga una barbaridad como ese tour de force de más de ocho minutos que es "Transition" ya merece formar parte de la historia, pero es que la cosa en absoluto acababa ahí. Claro, el lp en su obstiación por la oscuridad y el tremendismo psico-soul no es que fuera lo más comercial del mundo, pero a calidad pocos le ganan en la década. Es una magistral demostración de talento desbordante, con piezas mayúsculas que van desde el soul sureño más bailable ("The loving way", "Crazy about you"), el funk sudoroso ("The beat") o la épica desatada ("Living without you") al blues más profundo ("Nearer") o incursiones en la espiritualidad descarnada ("There were times"). Todo para cincelar un disco inmenso que de verdad pienso que vale la pena que descubráis, aunque no sea del todo fácil de encontrar.
36. Etta James - Loosers Weepers: El título de reina del soul pertenece a Aretha por derecho propio, de acuerdo, pero también porque la que le podía hacer sombra se dedicó a hundir su vida y carrera en una espiral de adicciones que impidieron que pudiera despegar realmente a nivel comercial. Pero desde luego, talento no le faltaba. Tanto como para igualar a la diva de Detroit, sí. Etta James podría haber ocupado el trono. Discos, canciones y voz huracanada no le faltaban. Pese a su caótico estilo de vida, rara vez grabó algo siquiera regular. A principios de los años setenta su adicción a la heroína se hallaba en uno de sus picos más altos, sin embargo aún se las arregló para colocar su primer éxito en el top 30 tras varios años alejada de los charts. "Loosers weepers" fue ese éxito y también la canción que motivó este atómico elepé que pese a contener dicho hit, se hundió pronto en el fondo de las cubetas de saldo. Una pena, porque merece ser considerado uno de los mejores de esta mujer. Y eso es mucho decir. Pero es que además de la titular contenía trallazos de la talla de "Take out some insurance", "I got it bad and that ain't good", "You're the fool" o ese temazo infalible para la pista de baile que es "Look at the rain". Una orgía de blues, soul y funk como sólo una genia como ella sabía organizar. No fue la reina, pero por muy, muy poco.
35. Z.Z. Hill - The Brand New Z. Z. Hill: Podríaomos escribir todo un libro sobre la genialidad de Swamp Dogg y nos quedaríamos cortos. El hombre que produjo este lp, de nombre real Jerry Williams Jr., tanto como productor como en su faceta de intérprete es sin duda uno de los grandes, por no decir gigantes, de la black music. Nos detendremos ahora -tanto en este disco como en el siguiente- en su importante faceta como mago factor discos en voz de otros artistas para su sello Mankind, algo que trajo verdaderas joyas, lamentablemente no demasiado conocidas. Es el caso de este fantástico y muy original disco de Z.Z. Hill, vocalista primordialmente de blues procendente de Texas que se puso en manos del genio para facturar este disco conceptual, una especie de ópera soul en varios actos que buscaba reflejar una ruptura conyugal en un hogar cualquiera de la zona baja de una ciudad. Los reproches van que vuelan, por tanto, en las sensacionales canciones que lo pueblan en forma de conversaciones teatralizadas. Lo cual, de acuerdo, ralentiza la escucha dinámica del disco, pero lo convierte también en una pieza única, tal vez sólo comparable al glorioso Caught Up de Millie Jackson. Y eso desde luego no quita para el inmenso disfrute que propician temas tan inconmensurables como los uptempo "Choking kind", "Our love is getting better" o "I think I'll do it" o baladones como "A man needs a woman" o la especialmente intensa "Faithfull and true".
34. Freddie North - Friend: Un álbum que va unido de alguna forma al anterior, aunque sean de diferentes artistas y no tengan mucho que ver temáticamente. De hecho, ACE Records llegó a comercializar juntos en un sólo cd los dos discos allá por los noventa. Igualmente producido por Swamp Dogg, Friend de Freddie North es, sin embargo, bastante más redondo y accesible en cuanto a escucha que el de Z. Z. Hill. A medio camino entre el country y el soul, el disco de este cantante y compositor procedente de Nashville tuvo su germen en la canción que Swamp había compuesto con su colega Gary US Bonds, titulada "She's all I got" y que produjo para que cantara Freddie, obteniendo éxito tanto en listas de rhythm and blues como en las de pop. Se terciaba ampliar al lp, por tanto, y lo hicieron a conciencia. Los arreglos son gloriosos y la voz profunda de North culmina a la perfección una colección de canciones impresionante. Desde el mencionado single que inauguraba el lp, la sucesión de gemas es impresionante: "Sweeter than sweetness", "Sidewalks, fences and walls", "Yours love" o el otro éxito del disco, "You and me toghether forever" dan forma a un disco absolutamente bárbaro que deberíais correr a poner bien alto en vuestro reproductor. De nada.
33. Barbara & Ernie - Prelude To...: Una anomalía. Un producto tan inclasificable que nadie supo cómo darle salida. Por eso se quedó en la cubeta, aunque últimamente ha vuelto a la palestra. Y es que era cuestión de tiempo. La peculiar mezcla de psicodelia, soft-rock y soul que destilaba la alianza entre el guitarrista de sesión Ernie Calabria y la vocalista, pianista y arpista Barbara Massey, dio como fruto un sólo álbum, que de forma algo ilusa titularon Prelude To... pero no fue preludio de nada. Ninguno de ellos tenía una carrera significativa hasta entonces. Tan sólo acompañaban a otros sin ningún protagonismo. Ernie por ejemplo ponía su guitarra al servicio de Harry Belafonte y Barbara como corista acompañaba a gente tan importante, eso sí, como Cat Stevens o Hendrix. Su gran oportunidad era este lp, que además grabaron para Cotillion, subsidiaria de Atlantic y bajo los auspicios orquestales de todo un Eumir Deodato, que ayudaron enormemente a plagar todo de un barroquismo denso pero hermoso que servía de soberbio envoltorio para que la fantástica voz de Barbara, a caballo entre la de Grace Slick (menuda la lectura que hicieron del "Somebody to love" de Jefferson Airplane) y la de Julie Driscoll, obrara su hechizo, que ya desde la magnífica apertura con "Play with fire" era plenamente efectivo. La intensidad que desplegaban piezas como "Prelude", la vaporosa "Listen to your heart", con esos magistrales sitares a cargo de Ernie o la muy sampleada "Searching the circle" completan una obra absolutamente irrepetible y reivindicable como uno de esos grandes tesoros perdidos de los que 1971, entre clásico y clásico, va tan sobrado.
32. Ann Peebles- Straight From The Heart: Otra de las grandes de la música soul fue Ann Peebles, que igualó sin problemas a un monstruo como Al Green en el seno de Hi Records, sello al que accedió gracias a ser descubierta, poco después que éste, por Gene Miller, miembro de la banda de la casa, que tras verla actuar en un club de St. Louis convenció al director de la misma y productor Willie Mitchell para que la escuchara. Straight From The Heart es el tercero de los muchos discos que grabó para la marca y el que supuso su absoluta consagración. Un álbum que podría estar perfectamente coronando esta lista de 50 y que estableció también la alianza consolidada a nivel compositivo entre la vocalista y el que sería su futuro marido, Don Bryant. Juntos o por separado componen varios de los clásicos que contiene el disco, como "Trouble, heartaches and sadness", la fabulosa "99 pounds", "I've been there before" o "What you laid on me", que Peebles compuso junto a otra gran diva como Denise Lasalle. Todo aquí rezuma la calidad más elevada del sweet southern soul, con la banda de la casa Hi, dueña de una sección rítmica de infarto, funcionando a pleno pulmón. Otro de esos discos fundamentales para entender y amar el soul.
31. Honey Cone - Sweet Replies: El segundo trabajo de este trío procedente de Los Ángeles siempre será recordaco por conentener ese bombazo que lo abría titulado "Want ads", que encabezó las listas del Billboard y vendió más de un millón de unidades, significando el primer gran éxito del sello Hot Wax, que habían puesto en funcionamiento el tándem Holland-Dozier-Holland tras su escapada de Motown. El trío estaba formado por Edna Wright (hermanísima de Darlene Love), Carolyn Willis y Sellie Clark, que juntas elaboraban un acto con más poetencia de la habitual cuando hablamos de los numerosos tríos vocales femeninos que hubo durante los sesenta y los setenta del siglo pasado. Por eso el material que les suministraba el equipo del sello, encabezado por General Johnson y el también compositor y productor Greg Perry, alcanzaba las altas cotas que aquí se exhiben en cada surco. Sweet Replies es uno de esos álbumes que ofrecen poca fisura. Tras la apertura con el hit más claro del trío, el resto de canciones no aspiraban a ser relleno: "Are you man enough, are you strong enough", "You made me come to you", "Sunday morning people"... es difícil encontrar aquí algo lejanamente mediocre. Prácticamente todos los números son vibrantes e infecciosas incitaciones al baile con un claro componente de melodía pop que los hacía irresistibles. La secuencia es sencillamente apabullante y su efecto, devastador.
No sé por qué no hay comentarios aquí, pero sé por qué no había dejado, todavía, el mío. El verano y la interrupción de rutinas. Pero ahora que voy cogiendo las que me resultan placenteras, me he tomado la molestia de detenerme un poco en esta lista, hecha con evidente cariño y verdadero conocimiento, siendo como que se reconoce de antemano el criterio al que firma este trabajo. A mí me ha puesto sobre la pista de algunos discos que, o conozco parcialmente, o que directamente desconozco. Estos son mis tesoros: Esther Phillips + Lou Johnson + Etta James + Freddie North + Barbara & Ernie + Honey Cone. Es el 60% de la lista. Juanjo: es evidente que quiero más.
Gracias de nuevo, Alberto, por tu inestimable feedback. Es una lástima que esto se haya quedado a medias. Intentaré poner remedio, aunque sea someramente. Un abrazo.
No sé por qué no hay comentarios aquí, pero sé por qué no había dejado, todavía, el mío.
ResponderEliminarEl verano y la interrupción de rutinas.
Pero ahora que voy cogiendo las que me resultan placenteras, me he tomado la molestia de detenerme un poco en esta lista, hecha con evidente cariño y verdadero conocimiento, siendo como que se reconoce de antemano el criterio al que firma este trabajo.
A mí me ha puesto sobre la pista de algunos discos que, o conozco parcialmente, o que directamente desconozco. Estos son mis tesoros: Esther Phillips + Lou Johnson + Etta James + Freddie North + Barbara & Ernie + Honey Cone.
Es el 60% de la lista.
Juanjo: es evidente que quiero más.
Gracias
Gracias de nuevo, Alberto, por tu inestimable feedback. Es una lástima que esto se haya quedado a medias. Intentaré poner remedio, aunque sea someramente. Un abrazo.
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